El internet del fin del mundo
Empresas como SpaceX, Amazon, Facebook y Google están impulsando el despliegue de satélites LEO para llevar internet a zonas rurales e inaccesibles


Llevar internet a través de un satélite podría ser la solución para los lugares más remotos de la Tierra
© GettyImagesSe estima que alrededor del 60% de la población mundial tiene acceso a internet de alta velocidad en la actualidad. ¿Y qué pasa con el 40% restante? Pues son personas que disponen de poco o ningún acceso a este tipo de conexiones que son tan habituales en las grandes ciudades.

No hay que viajar muy lejos para encontrar este tipo de situaciones. En pleno 2021 todavía siguen existiendo zonas rurales en España que no cuentan con fibra óptica de alta velocidad y tienen que conformarse con el antediluviano ADSL. Pero es que algunas poblaciones concretas tampoco existe esa opción o está muy limitada.
La solución ha pasado por llevar la conexión a través de satélite, una opción muy demandada en pueblos y pequeñas localidades de todo nuestro país. Pero, si vamos un paso más allá, ¿qué pasa en los lugares realmente remotos, como islas?
Satélites LEO: una red que orbita alrededor de la Tierra
Pues que las empresas tecnológicas más importantes del mundo, como SpaceX (fundada por Elon Musk), Amazon, Facebook y Google están impulsando el despliegue de satélites que ofrecen la posibilidad de conectar zonas alejadas de las principales centrales de internet de una forma más económica y eficaz.
Esta red de satélites de internet que orbita alrededor de la Tierra desempeña un papel similar al de las torres de telefonía móvil. De este modo, se comunican con una estación terrestre en la Tierra.
Sus siglas provienen de las palabras Low Orbit Earth, en otras palabras, estos satélites tienen otras ventajas sobre los que están en órbitas más altas (geoestacionarios) porque están más cerca de la superficie de la Tierra.

Esto significa que los datos no tienen que viajar tan lejos, acortando el tiempo que tardan en llegar a su destino y reduciendo así la latencia para los usuarios que se conectan desde la Tierra.
Además, tienen también ventajas económicas respecto a otro tipo de satélites o a los despliegues de fibra terrestre que se realizan en zonas periféricas, porque su construcción es menos costosa.
Una opción viable
Según explica Ivo Ivanov, CEO de la empresa DE-CIX especializada en puntos de intercambio de internet, “la infraestructura está creciendo con diferentes soluciones para garantizar un acceso a internet de calidad a los usuarios y empresas en cada rincón del mundo. Los satélites LEO son una de estas innovaciones que, combinado con un buen ecosistema de interconexión, pueden revolucionar el futuro de internet”.

Y es que, volviendo a la analogía con las torres de telefonía móvil, el intercambio de datos es el mismo que se produce cuando un smartphone se conecta a diferentes torres. La diferencia en el caso de los satélites LEO es que las torres de telefonía móvil (satélites) se mueven mientras que el teléfono móvil (estación terrestre) está parado.
Una solución cada vez más utilizada que ha terminado por desbancar a otras soluciones más imaginativas, como el proyecto Loon de Google. Una red de globos que flotaban sobre zonas remotas de la Tierra para llevar internet a estos lugares, pero que fue descontinuada en enero de este año por considerarse insostenible.
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