Durante la pandemia de gripe española de 1918, la Junta de Salud de Nueva York advirtió severamente a los ciudadanos sobre la necesidad de utilizar mascarilla. “Es mejor ser ridículo que estar muerto”, fue la lapidante frase. La historia se repite años después, y este objeto de protección frente al Covid-19 se ha convertido en imprescindible para salir de una crisis sanitaria que ha afectado al mundo entero.
A pesar de esto, algunas personas parecen no entender la importancia de la mascarilla en nuestro día a día. Por ello, artistas y ciudadanos de todo el mundo han querido ponérsela a las estatuas de los lugares más icónicos. Si ellos las lucen, tú también puedes.