Mientras más de medio mundo continúa confinado en sus casas debido a la pandemia del coronavirus, el planeta ha experimentado un respiro. Se ha podido ver a animales salvajes campando a sus anchas por la ciudad, Venecia ha recuperado la transparencia de sus aguas y muchos países se han olvidado de la contaminación para contemplar sus cielos más azules que nunca. La disminución del tráfico, la cancelación de numerosos vuelos y el cierre de fábricas ha disminuido significativamente las emisiones de dióxido de carbono llevando a que que aquella llamada boina de contaminación se haya difuminado casi por completo.
Sin embargo, esto no significa que su efecto sea para siempre y por ello, los científicos advierten que los efectos climáticos causado por Covid-19 son temporales. El efecto de rebote una vez que se levantan las medidas de cuarentena podría dar lugar a niveles más altos de contaminación del aire que antes de la propagación de la pandemia, y algunos incluso señalan que las emisiones de carbono no han disminuido lo suficiente como para combatir los efectos a largo plazo del cambio climático.