Bombardear el volcán de La Palma: la vía empleada en el Etna que se ha planteado en España
Geógrafos y vulcanólogos tienen claro que, en este caso, no es posible; te explicamos los motivos


Aunque se ha bombardeado con anterioridad otros volcanes, no es una alternativa viable en el de La Palma
© GettyImagesBombardear de manera controlada el volcán de La Palma para redirigir las coladas de lava con el objetivo de minimizar los daños materiales. Es la propuesta del presidente del cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, que pide usar a tal fin aviones militares, y las respuestas a tal sugerencia no se han hecho esperar. Los expertos parecen coincidir de manera unánime en que no sería efectivo, pero no tanto por lo descabellado de la idea como por las características concretas de este volcán, puesto que esta técnica ya se ha empleado en ocasiones anteriores en otros países.

La última vez que se recurrió a ella fue en 1991 en Italia; en concreto, durante una erupción del Etna, en Sicilia. Pero las diferencias entre uno y otro son enormes: en primer lugar, la distancia desde la boca del volcán hasta zonas habitadas es mucho mayor en el siciliano que en el canario, lo que da más margen de maniobra; en segundo lugar, “el desnivel”, como señala el geógrafo Lorenzo Pasqualini en unas declaraciones recogidas por El Mundo. “En el Etna hay mucho recorrido, tanto en longitud como en altura, antes de que la lava alcance los centros habitados”.
En aquella ocasión, además, los bombardeos no se llevaron a cabo desde aviones militares, sino que los explosivos se colocaron sobre el terreno, en puntos estratégicos para poder desviar el curso de la lava. Algo similar que en el de Sicilia ocurría en otro volcán en el que se empleó esta técnica: el Manu Loa, de Hawái, que entró en erupción durante la II Guerra Mundial. “No es lo mismo un recorrido de 40 kilómetros de colada como en Hawái que cinco como tenemos aquí“, apunta Stavros Meletlidis, del Instituto Geográfico Nacional, en Uppers.

El bombardeo en La Palma podría suponer, además, la pérdida del control sobre las coladas, añade Meletlidis, lo que podría ocasionar daños aún mayores en otras zonas. “Ya tenemos bastantes flujos de lava” y una actuación así podría dar lugar a otros nuevos. En definitiva, que lugar contra la naturaleza no es algo tan sencillo; más aún cuando todo se desencadena a kilómetros de profundidad, como es el caso.
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