El buque Ángeles Alvariño finaliza este jueves su búsqueda en aguas de Tenerife
En caso de no localizar a Anna y a Tomás Gimeno en estas 24 horas, se abrirán otras líneas de investigación continuará en tierra


El buque oceanográfico Ángeles Alvariño deberá marcharse de Tenerife este jueves
© INSTITUTO ESPAÑOL DE OCEANOGRAFÍAEl buque oceanográfico Ángeles Alvariño está apurando sus últimas horas en Tenerife para tratar de localizar a la pequeña Anna, de tan solo un año, y de su padre, Tomás Gimeno, en las profundidades del mar, en la zona en la que ya encontró a la hermana mayor, Olivia. Este jueves el buque deberá marcharse de Canarias para responder ante otros compromisos de investigación, que ha ido posponiendo al máximo estos días para centrarse en las dos niñas secuestradas por su padre.

Aunque la Guardia Civil se muestra esperanzada de encontrar nuevas pistas, el tiempo juega en contra. Si en estas 24 horas el Ángeles Alvariño no encuentra a Anna ni a Gimeno, no se cerrará el caso. La prioridad de la investigación será entonces demostrar si el padre está muerto o con vida y fugado, intentando encontrar algún hallazgo significativo en su domicilio o en su entorno social. Ante este supuesto, a falta de localizar su cadáver, un juzgado ha emitido una orden de detención internacional para el presunto parricida.
Búsqueda de día y de noche para localizar a Anna
El trabajo que está haciendo esta embarcación es muy complejo a causa de la profundidad en la que está efectuando el rastreo. El buzo de la Guardia Civil y exjefe del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas Juan Ortega Machín explicaba el viernes en una entrevista en COPE recogida por Europa Press que se trabaja “de día y de noche” en la localización de Anna.

Machín detalla que se busca a Anna y a Tomás Gimeno con un manetómetro, ya que los ecos de los metales revelan “con más claridad” lo que “no deberían estar ahí”. Así, el buzo ha puesto en valor el trabajo de los técnicos que han interpretado los resultados del sónar, que realiza un barrido que “lo que hace es levantar un campo según la trazada”.
El problema en la localización de la pequeña Anna no pasa por las corrientes porque a “esa profundidad está todo apelmazado”, explica Machín, que ha señalado que “cualquier variación arriba” va a significar ”metros abajo”.
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