Una agente de policía arriesga su vida para salvar a la niña de 4 años herida en un tiroteo en Times Square

Skye Martínez, de cuatro años, estaba el pasado sábado a punto de entrar junto a su familia en una juguetería en la céntrica plaza neoyorquina Times Square cuando se vio en medio de un tiroteo y recibió un disparo. Afortunadamente, la policía no andaba muy lejos y, aún sin haber logrado detener la reyerta, una agente se abrió paso entre la multitud, se lanzó a por la niña y se la llevó. Corrió con ella en brazos para alejarla del peligro y, una vez que ya no era posible que la alcanzasen más disparos, le practicó un torniquete mientras llegaba la ambulancia. Un vídeo difundido a través de las redes sociales muestra el heroico acto de la agente, Alyssa Vogel.

“Esta niña era tan fuerte”, comenta Vogel al periódico New York Post. “Ni siquiera lloró una vez, excepto cuando le estábamos haciendo el torniquete”. Señala que en ese momento “gritó porque es muy doloroso”. La pequeña tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y aún está ingresada en el hospital, pero evoluciona favorablemente y está acompañada por sus padres y su tía.

En los momentos de tensión, antes de que la ambulancia la trasladaran a un centro hospitalario y una vez hecho el torniquete, Vogel se tuvo que centrar más en calmar a la madre. “Seguí diciéndole que respirara y que su hija iba a estar bien”, reconoce la agente. “Seguí tratando de calmarla porque obviamente estaba muy asustada”.

En el tiroteo, además de Skye, resultaron heridas otras dos personas que, como ella, también se vieron inmiscuidas en el suceso de manera fortuita; fueron dos mujeres, una de 43 años y otra de 23. La primera recibió un disparo en un pie y la segunda, en una pierna. Las dos se recuperan de sus heridas.

La joven de 23 años, Wendy Magrinat, había ido, junto a su marido y su hijo de dos años, a pasar el fin de semana a Nueva York con motivo del Día de la Madre, que en Estados Unidos se celebra el segundo fin de semana de mayo. Llevaba de la mano al niño cuando oyó cómo “alguien gritaba a alguien”, por lo que le dijo a su esposo que avanzaran un poco. “En el mismo momento en que le dije eso, empezó el tiroteo”, señala ella misma en la cadena NBC. Explica que logró caminar un poco, pero que enseguida se puso a “gritar pidiendo ayuda”. En su caso, la bala se introdujo de tal manera, que ni siquiera han podido operarla, de modo que probablemente la llevará encima de por vida.

El sospechoso del tiroteo es un hombre de 31 años identificado como Farrakhan Muhammad, cuyo objetivo era atentar contra su hermano. Fue este quien lo denunció en una comisaría, donde pudieron comprobar que tenía antecedentes por otro asalto que perpetró el año pasado y que era vendedor ilegal.