Boris Johnson renuncia al permiso de paternidad en plena pandemia del coronavirus

Tras las duras semanas vividas tras dar positivo en coronavirus y luchar por su vida en la UCI, Boris Johnson daba la bienvenida ayer a su primer hijo junto a su pareja, la periodista Carrie Symonds, veinticinco años más joven que él. El primer ministro, que es padre de cinco hijos más, estuvo ayer presente en el parto, aunque horas después abandonaba el hospital para regresar a Downing Street. Todo apunta a que el primer ministro aplazará su permiso de paternidad, al menos hasta finales de junio, con el objetivo de seguir al frente de la gestión de la crisis del coronavirus que con tanta dureza está sacudiendo al Reino Unido y que ya se ha cobrado la vida de más de 26.000 personas en el país.

En Inglaterra, el permiso de paternidad de una o dos semanas “no puede comenzar antes del nacimiento del bebé y debe ser disfrutado dentro de los 56 días posteriores a la llegada del recién nacido”. Por ello, y al menos que se dobleguen las normas como caso excepcional al primer ministro, Johnson deberá disfrutar de estos días antes del 23 de junio. Aunque se espera que por esa fecha el bloqueo actual se haya relajado, los expertos de salud han señalado que el coronavirus continuará presente en el Reino Unido mucho más allá de esta fecha, con el riesgo de un segundo aumento en los casos después del final del confinamiento.

Según se ha publicado en la prensa inglesa, la llegada del hijo de Johnson y Symonds se habría adelantado algunas semanas, pues esta estaría planeada para principios de verano, aunque bien es cierto que ninguno de los protagonistas dio a conocer la fecha del parto. Tampoco se conoce si al bebé se le ha realizado la prueba del coronavirus, después de que el primer ministro superara la enfermedad y su mujer tuviera los síntomas generados por el Covid-19.

Boris Johnson, de 55 años y Carrie Symonds, de 32, se comprometieron a principios de año durante sus vacaciones en la exclusiva isla caribeña de Mustique, tan solo un año después de comenzar su relación, aunque, por el momento, no han puesto fecha al enlace.

La pareja junto a su primer hijo tiene planeando vivir en su residencia de Downing Street junto con su perro Dilyn, según ha confirmado el portavoz del ministro.