Nuevas mutaciones ‘preocupantes’ del coronavirus: cada vez más en todos los rincones del planeta
Todas se están produciendo en el mismo punto del SARS-CoV-2 de manera simultánea en diferentes países


La mayor parte de las mutaciones del SARS-CoV-2 se están produciendo en la proteína S
© GettyImagesLas variantes del coronavirus llevan meses preocupando a los epidemiólogos. Sabían que llegarían. Nos han explicado que el SARS-CoV-2 -como todos lo virus- muta y que lo lleva haciendo desde el principio, pero hasta ahora esas mutaciones no eran relevantes; las ya archiconocidas británica, brasileña y sudafricana sí lo son porque todas implican más facilidad de contagio y las dos segundas parece que también logran esquivar los anticuerpos. A ellas se les están sumando cada día otras similares en todo el mundo y algunas ya circulan por España. ¿Qué está ocurriendo? ¿Cómo nos van a afectar estas mutaciones?
La clave, la espiga del coronavirus
Desde que comenzó la pandemia nos estamos acostumbrando a utilizar términos médicos y científicos que nunca nos hubiésemos imaginado que serían de uso común entre la población. Empezamos por SARS-CoV-2 (que ya parece una palabra prehistórica) y, cuando ya sabemos que variante y cepa no son lo mismo, ahora nuestra atención se fija en la proteína S o espiga del coronavirus. La cuestión es que todas esas nuevas variantes preocupantes es justo ahí donde han mutado y lo han hecho de manera independiente y casi simultánea por todos los rincones del planeta.
Esa proteína S es la llave de entrada con la que el coronavirus se fija a las células humanas que infecta. Para aclarar los cambios que se producen en el virus, los científicos ponen nombre a cada una de las mutaciones que observan en él: la mutación N501Y (también llamada Nelly) es la que aparece en la variante británica; la mutación E484K (o Erik), la registrada en las variantes sudafricana y brasileña. La primera ayuda a que el virus infecte de manera más eficiente y la segunda, a que esquive mejor los anticuerpos.
Ahora se ha detectado en Estados Unidos otra mutación (de nuevo en la proteína espiga) que ha aparecido al mismo tiempo al menos siete veces en distintos lugares. Esta mutación, localizada en el aminoácido Q677 de la proteína S, se ha registrado también en lugares tan dispares como la India, Dinamarca o Egipto.

¿Qué significa esto?
Todo parece indicar que el coronavirus está desarrollando una evolución convergente, es decir, que está presentando una serie de mutaciones que se repiten en diferente lugares del mundo porque le suponen una ventaja para sobrevivir. Estas ventajas son precisamente lo que más daño puede causar al ser humano: que se propaga mejor y que evita mejor los anticuerpos.
A más personas contagiadas, más supervivencia del virus. Y lo mismo con los anticuerpos: si logra esquivarlos, más supervivencia del virus. De ahí que puedan reinfectarse más personas que ya hayan pasado el COVID con variantes anteriores y de ahí también las dudas acerca de la efectividad de las vacunas.
¿Qué ocurre con las vacunas ante estas nuevas variantes?
Las vacunas que ya se han empezado a inocular a la población mundial están elaboradas para atacar a la proteína S, precisamente la que está cambiando. Eso puede implicar que le cueste más identificarla y, por tanto, que afecte a su efectividad. Por el momento, los estudios preliminares indican que la efectividad es menor en las vacunas de Pfizer, Moderna, Novavax y Janssen frente a las variantes sudafricana y brasileña, pero que aún así siguen ofreciendo importantes resultados para evitar la enfermedad. La de AstraZeneca, sin embargo, ha mostrado una efectividad de un 22 por ciento frente a la sudafricana, un porcentaje demasiado pequeño para ayudar a frenarla.
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