¿Puedo poner una piscina hinchable en mi terraza o azotea?
Los aparejadores de Madrid nos dan los consejos para no correr riesgos y poder disfrutar de un baño placentero

01 de Junio 2020 / 14:19 CEST - TU OTRO DIARIO

Las piscinas desmontables se han convertido en uno de los productos estrellas de este verano
© GettyImagesCon el verano a la vuelta de la esquina y en plena desescalada, son muchas las personas que se han decidido a compras piscinas portatiles ante la crisis del coronavirus. Sin embargo, antes de instalarla y disfrutar del primer chapuzón hay que tomar ciertas precauciones ya que las consecuencias pueden ser imprevisibles, especialmente si lo que se pretende es instalar la piscina hinchable en alguna planta de un edificio, y especialmente en terrazas y balcones. Es por ello que el Colegio de Aparejadores de Madrid, y concretamente su gabinete técnico, ha lanzado una serie de advertencias a tener en cuenta tras convertirse en uno de los productos más demandados durante los últimos meses debido a la incertidumbre creada en torno a la apertura y seguridad de las piscinas públicas.

Por este motivo, y antes de instalar la piscina se debe tener en cuenta las características del forjado que va a soportar el peso de la piscina con bañistas dentro. “El forjado, como elemento estructural, está concebido para unas determinadas sobrecargas de uso. Por ejemplo, para que aguante estanterías, muebles, camas, reuniones para una comida y ejemplos similares”, indica David Arias Arranz, miembro de la Asesoría Tecnológica del Colegio de Aparejadores de Madrid. Esta sobrecarga admitida depende en buena medida de dos factores: el año de construcción del inmueble y el tipo de estructura del forjado. “No es lo mismo un forjado de madera que uno de hormigón, uno de acero o uno mixto” añade el experto, quien señala que a mayor antigüedad, mayor limitación. Además, según este especialista, “es importante conocer el estado estructural del edificio por si tuviera alguna patología previa, como lesiones, grietas, armaduras o vigas de acero oxidadas”.

Teniendo en cuenta todos estos factores, la precaución y el sentido común aconsejan que la sobrecarga del forjado oscile entre 200 y 300 (como mucho) kilos por metro cuadrado. Por ello, la profundidad (altura de la lámina de agua) no debería superar, en plantas de edificios y terrazas, los 20- 30 centímetros en uso, algo importante a tener en cuenta porque el volumen y pesos son muy diferentes en función del número y características (niños, adultos...) de los bañistas en la piscina.
Ubicación
Según David Arias Arranz, “las zonas de borde de piscinas son las más desfavorables. Se debe intentar colocarlas en las zonas de encuentro entre viga y pilar. Imaginemos un trampolín: si me pongo en el borde (como si fuera a saltar) se curva. En cambio, cuando estoy al inicio del mismo (empotramiento) no se deforma en absoluto”. Si la piscina se quiere instalar en un piso bajo, en contacto con el terreno, “podemos estar más tranquilos”, indica este aparejador, “ya que la resistencia característica del mismo (lo que aguanta) es perfectamente asumible para cualquier piscina estacional o provisional (las típicas de temporada desmontables), pudiendo alcanzar 60, 70 y hasta 80 centímetros de altura sin problema”.
En cualquier caso, el Colegio de Aparejadores de Madrid recomienda contar con un arquitecto técnico que analice y evalúe todos estos parámetros, pues en casos extremos podríamos asistir a una desgracia sobrevenida.
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