La misteriosa desaparición de un reputado diplomático que trae de cabeza al Reino Unido
Se trata de Richard Morris, al que se busca desde el pasado miércoles, cuando salió a correr por su ciudad y no regresó a casa

12 de Mayo 2020 / 19:09 CEST - ELENA VILLEGAS

Richard Morris, ex embajador de Reino Unido en Nepal, desapareció el 6 de mayo en Bentley
© Foreign OfficeRichard Morris, un reconocido diplomático de Reino Unido, desapareció el pasado miércoles cuando salió de su domicilio en Bentley, su ciudad natal, para ir a correr. No regresó a casa y la policía ha calificado su desaparición como “de alto riesgo” debido a su papel en el Gobierno británico. Morris ha ocupado varios cargos relevantes en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país y de la Commonwelth durante casi 30 años.
Casado y con tres hijos, “su familia está comprensiblemente preocupada”, en palabras de un portavoz de la policía a la prensa local. El diplomático, de 52 años, llevaba una camiseta azul de manga larga, pantalones cortos negros y zapatillas azules cuando fue visto por última vez. Es de complexión delgada, mide unos 6 pies, tiene el pelo canoso y barba y una marca de nacimiento que le abarca gran parte del rostro.

La policía ha desplegado un importante operativo de búsqueda para tratar de localizarlo y ha pedido a los residentes en la zona que revisen sus cobertizos, dependencias y jardines por si pudieran encontrar cualquier señal “de que alguien haya estado refugiándose allí”.
El último cargo público de Richard Morris, de 52 años, fue el de embajador de Reino Unido en Nepal entre 2015 y 2019 y ha sido designado como Alto Comisionado británico en la República de Fiji, cuyas funciones debe empezar a desempeñar en julio de 2020.
noticias relacionadas
Últimas noticias
- Carolina Marín comienza 2021 arrasando: gana el Abierto de Tailandia tras derrotar a la número uno del mundo
- Este es el pueblo de Palencia que ofrece casa gratis y un negocio...¡y ya hay más de 500 interesados!
- CES 2021: 5 novedades que te sorprenderán
- ‘No dejen de vacunar, es una cosa maravillosa’: Nieves Cabo, de 82 años, tras recibir la segunda dosis