¡Vaya error! Invierten todos sus ahorros en la subasta de una mansión… sin saber que estaba en ruinas
Cal y Claire pretendían adquirir un apartamento, pero la dificultad para entender el idioma provocó la confusión


A pesar del mal estado, Cal y Claire decidieron que la restaurarían ellos mismos: un proceso que están narrando en las redes
© GettyImagesCal Hunter es inglés y Claire Segeren es canadiense: se conocieron en 2016 en los Alpes franceses y terminaron comenzando una relación. Como otras muchas parejas, decidieron dar un paso más: comprar una casa. Glasgow fue la ciudad elegida; ambos habían estado una única vez en Escocia, pero determinaron que ese sería su hogar. Un proyecto cargado de ilusiones… hasta que vieron la casa que habían comprado: una mansión en ruinas en la que habían invertido todos sus ahorros.
Después de una infatigable búsqueda, Cal y Claire encontraron un apartamento en Pollokshields (Southside) que se subastaba por un precio inicial de 11.600 euros. Tal y como explican en The Guardian, investigaron el lugar y aunque necesitaba una pequeña reforma, se decantaron por él.
Problemas con el idioma
Como Claire estaba fuera, Cal fue solo a la venta con un presupuesto máximo de 34.300 euros: todos sus ahorros. El problema era que los subastadores hablaban rápido y tenían un fuerte acento de Glasgow: le costaba bastante seguir lo que decían. A pesar de ello, contaba con un folleto que contenía los detalles de cada lote mientras una pantalla mostraba su correspondiente número.
Cuando llegó el turno de su apartamento ocurrió algo extraño: aparte de Cal, nadie más hizo una oferta. ¿Estarían siguiendo algún tipo de táctica? Nada más lejos de la realidad. Cuando le adjudicaron la venta, el hombre que estaba a mi lado le preguntó: ¿Has visto lo que has comprado? El número de la pantalla no coincidía con el del folleto y en Escocia las ofertas de subasta son legalmente vinculantes así que no podía dar marcha atrás.
Dos décadas de abandono
En lugar de un apartamento en Pollokshields había adquirido una mansión en Dunoon, una localidad más o menos cerca de Glasgow. Buscaron el sitio en Google Maps, pero solo pudieron observar una pequeña parte. Cuando llegaron les recibieron una considerable cantidad de arbustos y un cartel que decía: “Peligro, manténgase alejado”.
La casa se estaba desmoronando, estaba llena de graffitis y de muebles con moho: llevaba veinte años abandonada. De los suministros básicos no había ni rastro. Y por si todo esto fuera poco resultó que solo habían comprado la mitad del edificio: pasaron los siguientes seis meses adquiriendo las otras partes.
Cal y Claire no se dieron por vencidos. Instalaron una caravana en el jardín que es su casa temporal y desde 2019 han estado trabajando en el que será su nuevo hogar. Un tiempo en el que han aprendido albañilería, fontanería, electricidad… y han contado con la ayuda de amigos y de sus nuevos vecinos de Dunoon. La pareja ha conseguido ver la parte positiva de su error y, además, lo están narrando a través de sus redes sociales, donde ya tienen casi 300.000 seguidores.
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