La pasión por enseñar de esta maestra no conoce límites: ha transformado su furgoneta en una clase con ruedas
No todos los alumnos de Nallely tenían acceso a internet, así que buscó una fórmula para seguir adelante con el curso


Al principio Nallely iba con su propia furgoneta, pero después Nissan le regaló una con todo tipo de equipamiento
© NissanUna de las cosas que nos ha enseñado la pandemia provocada por el coronavirus es que la capacidad de reinventarse de las personas es mayor de lo que ellas mismas creen. Uno de los colectivos profesionales que mejor representan esta aptitud es el de los docentes, que han visto cómo las aulas físicas se convertían en virtuales. Algo que les ha obligado a adaptarse llegando, en ocasiones, a límites insospechados. Esa es la historia de Nallely, profesora de educación especial, que transformó su camioneta para seguir impartiendo clases… hasta que apareció su hada madrina.
Para conocer la historia de esta maestra tenemos que viajar hasta Aguascalientes (México), una localidad en la que las clases presenciales se cancelaron a causa del COVID-19. A partir de ese momento, las lecciones se impartían de forma virtual, aunque no todas las familias disponían de los recursos necesarios para ello.

Clases a domicilio
No todos los alumnos que estaban a su cargo tenían conexión a internet en casa y la comunicación con ellos era complicada. Consciente de ello, Nallely decidió pensar en una manera de solucionar aquello para que el curso continuase al mismo tiempo que respetaban los protocolos y medidas de seguridad impuestos para frenar la pandemia.
¿Cuál fue? Ir personalmente a sus hogares para impartir las clases en la parte de atrás de su furgoneta donde puso una mesa y unas sillas. Cada día invertía cuatro horas recorriendo todas las casas a bordo de su particular colegio móvil. Así eran las cosas hasta que Nissan se enteró de la labor que estaba haciendo Nallely y quiso echarle una mano.

Nissan: el hada madrina
La marca japonesa le regaló una unidad de su pick-up Nissan NP300, que está disponible en nueve versiones diferentes. La de esta profesora, no obstante, es única porque convirtieron la parte trasera, que normalmente está destinada a la carga, en una pequeña clase con todas las comodidades para que no les falte de nada a ella y a sus alumnos: todo tipo de conexiones eléctricas, una mesa y sillas abatibles para tener el mayor espacio posible, un mueble para colocar los objetos necesarios para dar clase…
Este colegio sobre ruedas cuenta, además, con una pantalla acrílica que divide la zona de trabajo para evitar contagios y mantener la distancia. Y para que el acceso y la estancia sean lo más agradables posibles la han equipado con una cortina lateral, una puerta trasera además, unas escaleras y un toldo traslúcido para dar paso a la iluminación natural.
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