Un cliente paga casi 1.000 euros por un dónut para ayudar a mantener el negocio
Después de que la dueña narrase esta historia en redes sociales, sus ventas online y físicas han aumentado considerablemente


Compró un donuts por 1.000 dólares
© Tremont Goodie ShopHace unos días, en una tienda de Ohio especializada en donuts vivieron una experiencia que recordarán siempre. Un cliente habitual acudió al local, compró uno de natillas y pagó por él 1.000 dólares, alrededor de 920 euros.
En la página de Facebook de ‘Tremont Goodie Shop’ explicaban que ese dinero iba destinado a ayudarles a mantener el negocio tras la crisis ocasionada por el coronavirus . “Qué bendición”, escribían junto a la imagen en la que se ve cómo una mano coge una bolsa en la que solo está ese producto.
Más tarde, Emilie Smith, gerente del negocio familiar, decía en declaraciones a foxnews.com, que recibieron una llamada de alguien que “nos preguntó si podría darnos mil dólares por su donuts”. Reconocía que en ese momento fue como si se atragantase y que quien le estaba llamando le preguntó, al no escuchar a nadie, si le parecía bien. Enseguida le contestó que, por supuesto, que podía hacerlo. “Nunca esperé algo así”, apuntaba.

En ocasiones anteriores, el mismo cliente ya había tenido gestos de amabilidad con los empleados, por ejemplo, al comprarles pizza. Aunque llevaba un tiempo sin ir a la tienda porque estaba intentando perder peso, era consciente de las dificultades por las que estarían pasando, debido a la pandemia del coronavirus, por lo que decidió volver para ayudarles. Emilie se refería al cliente diciendo que “es el tipo de persona que simplemente ilumina el local cuando está aquí”.
Los usuarios de Facebook quisieron comentar la publicación de la tienda y mientras algunos destacaban que se trataba de un gesto absolutamente increíble y daban las gracias a un “alma tan generosa”, otros escribían que les había gustado la idea y que iban a hacerles un nuevo pedido semanal.
Emilie contaba que después de que la gente se enterara de lo sucedido las ventas online y los pedidos habían aumentado. De hecho, decía que casi no tenían tiempo de atender a todas las llamadas telefónicas y recalcaba que, incluso, hubo quien dejó una propina de cien dólares para los empleados. “Realmente ha sido una bendición”, concluía.
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