Sarah Cummins, una joven de 25 años de Indiana, en Estados Unidos, ha convertido uno de los momentos más dolorosos de su vida en uno de también de los más bellos. El pasado sábado Sarah debía haber contraído matrimonio con Logan Araujo, su prometido, con quien llevaba años preparando una boda por todo lo alto. Sin embargo, en el último momento algo se torció y la boda se canceló a menos de una semana de la fecha prevista.
Sarah Cummins tomó una sorprendente decisión tras haber cancelado su boda. (Sarah Cummins / Linked In)
La joven, que ha contado su historia al IndyStar, no ha querido revelar el motivo de su ruptura, pero sí ha dado algunos detalles sobre esos dolorosos momentos. “Fue devastador… Llamar a todo el mundo, disculparme, gritar, llorar…”.
Sarah y su prometido habían organizado un banquete por todo lo alto en un exclusivo restaurante, el Ritz Charles, para 170 personas y con un coste de más de 26.000 euros. Cuando Sarah trató de cancelarlo y le dijeron que no era posible empezó a darle vueltas: “Empecé a sentirme verdaderamente mal por toda esa comida que se iba a desperdiciar”.
170 personas sin hogar disfrutaron del lujoso banquete. (Youtube / IndyStar)
Fue entonces cuando se le ocurrió una brillante idea que enseguida compartió con su ex. ¿Por qué no invitar al banquete a gente necesitada? Dicho y hecho. Tras hablarlo con su ex, Sarah se puso en contacto con las organizaciones que trabajan con personas sin hogar en su ciudad, Indianapolis, y en la vecina, Noblesville, y dispusieron todo para que los 170 nuevos invitados pudieran acudir a la fiesta. Alquilaron dos autobuses para trasladarles al restaurante, y lograron incluso que empresas de la zona les dejaran ropas elegantes para la ocasión.
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No fue la celebración inicialmente soñada, no estban los amigos y familiares, pero Sarah, que también acudió a la comida, se sintió igualmente emocionada y en cierto modo reconfortada en los difíciles momentos que estaba atravesando. “Para mí ha sido una oportunidad de transmitirles que merecen estar en un sitio como este tanto como los demás”, explicaba tras el evento.
Empresas de la zona les dejaron ropas para que acudieran al evento. (Youtube / IndyStar)
El banquete fue tal y como habían pensado para el día de la boda, tan solo cambiaron la disposición de las mesas. Por lo demás, ella y su madre se encargaron de engalanar las mesas con los centros florales de rosas que tenían diseñados, y el menú incluyó albóndigas glaseadas con bourbon, brochetas de queso de cabra, pechuga de pollo con alcachofas y crema Chardonnay y, por supuesto, la tarta nupcial.
Sarah explica que no se siente particularmente generosa. “Así al menos tendré un buen recuerdo. Quería que fuera una boda perfecta…”.
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También a su ex le pareció un gesto hermoso y no ha tenido problemas en pagar su parte. No solo eso: el viaje que ambos tenían planeado a República Dominicana se lo cedido a la madre de Sarah para que tampoco se pierda y ambas puedan disfrutarlo.