José María Álvarez-Pallete en las distancias cortas: familiar, solidario y aficionado al running

José María Álvarez-Pallete, CEO de Telefónica, acaba de convertirse en presidente de la GSMA: la asociación que incluye a los mayores operadores de telecomunicaciones y a otros más pequeños e independientes de alcance mundial. Es el primer presidente de una empresa española que lo consigue.

El máximo dirigente de Telefónica ocupará el citado cargo desde febrero de 2022 hasta diciembre de 2024. Cabe destacar que la GSMA representa a más de 400 empresas de telecomunicaciones que generan unos 25 millones de puestos de trabajo directos e indirectos. Un nuevo hito en la carrera de José María Álvarez-Pallete que tomó el relevo de César Alierta en 2016: cuatro años después de ser nombrado consejero delegado tras una carrera que comenzó cuando tenía 35 años.

Un hombre familiar

Nacido en Madrid en 1963, es el segundo de cinco hermanos. Estudió Ciencias Económicas en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Libre de Bruselas. Una formación que completó con un International Management Program en la escuela de negocios IPADE y con uno de Estudios Avanzados que obtuvo en la misma universidad donde hizo la carrera.

José María Álvarez-Pallete está casado con Purificación y tienen tres hijos. Sus veranos han transcurrido entre Guadarrama, Almería (especial es su devoción por la Virgen del Mar) y Baleares: los que le conocen afirman que es una persona muy familiar. Y no es el único adjetivo que le atribuyen: divertido, riguroso, honesto, justo…

Muy deportista y solidario

Si le preguntásemos por sus comidas preferidas, entre sus respuestas no faltarían las hamburguesas, la pasta, los donuts de chocolate, la leche frita y las torrijas. Caprichos que se puede permitir a tenor de su afición por el deporte: además de esquiar, es un asiduo a las maratones como la de Nueva York y en términos futbolísticos sus colores son los del Real Madrid.

Apasionado de la tecnología y la innovación, está presente en redes sociales donde ha adoptado un perfil discreto que no se mete en asuntos controvertidos o en política. Y no podemos dejar de destacar su faceta solidaria: de la mano de la Fundación Proniño escolarizó a 200.000 menores y, según apuntan, sus visitas a los colegios eran frecuentes.