Guardar silencio en el metro, la última recomendación para reducir el riesgo de contagio
Investigadores del CSIC piden no hablar, ni siquiera por teléfono, en el transporte público


Silencio siemrpe, ni siquiera hablar, por teléfono para reducir el contagio
© GettyImagesEn el metro: “Callados y con la mascarilla bien ajustada, el riesgo baja muchísimo”, asegura la investigadora en aerosoles atmosféricos del CSIC, María Cruz Minguillón, en una entrevista en el programa Via Lliure de Rac1. Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, se ha recalcado la importancia de que en el transporte público es muy necesario (y obligatorio) la mascarilla, distancia social y limpieza de manos, así como una correcta ventilación de los lugares cerrados. Hasta el momento, varios estudios apuntaban también a evitar hablar en voz alta y durante mucho tiempo, como recogió en un estudio la Universidad de Southampton, pero ahora investigadores del CSIC dan un paso más y recomiendan no hablar, es decir, guardar “silencio siempre” en el metro para reducir el riesgo.
Ya está demostrada la infección a través de las gotículas y aerosoles que expulsamos, y María Cruz Minguillón hace hincapié en seguir esta recomendación puesto que además de la mascarilla, este comportamiento en los usuarios reduciría la carga viral en el aire.

Minguillón explica que en el metro es bastante difícil una correcta ventilación, descartada la posibilidad de la natural, y cuenta además que no hay que hablar ni por el móvil. “Si hablo por el móvil, y hablo alto porque hay ruido en el metro, se emite 50 veces más aerosoles”, apunta.
LAS POSIBILIDADES DE CONTAGIO EN UN VAGÓN
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Southampton también examinaron hace dos meses las posibilidades de contraer el virus en un vagón de tren que transportaba a una persona infectada. Los investigadores descubrieron que para los pasajeros sentados dentro de tres filas (a lo ancho) y cinco columnas (a lo largo) de una persona infectada (paciente índice), entre el cero y el diez por ciento (10,3) contrajeron la enfermedad. Mientras que los que viajaban en asientos directamente a un infectado sufrían el mayor nivel de transmisión, con un promedio del 3,5 por ciento de contracción de la enfermedad. Para los que estaban sentados en la misma fila, la cifra fue del 1,5 por ciento.

La ‘tasa de ataque’ de cada asiento (el número de pasajeros de un asiento determinado diagnosticados con COVID-19, dividido por el número total de pasajeros que viajaban en el mismo asiento) aumentó en un 0,15 por ciento por cada hora que una persona viajaba con un positivo de COVID-19. En el caso de las personas que ocupaban los asientos contiguos, esta tasa de aumento fue mayor, del 1,3 por ciento por hora.
LA IMPORTANCIA DE LOS AEROSOLES Y LA BUENA VENTILACIÓN
Cuando respiramos o hablamos liberamos muchas gotas de diferentes tamaños, y son estas las que se han convertido en una de las principales vías de transmisión del coronavirus. Dependiendo de su tamaño, pueden mantenerse más tiempo en el aire y ser transportadas a mayor distancia, así como incluso permanecer en distintas superficies. La situación se agrava cuando las gotículas se concentran en un lugar cerrado, mal ventilado y con presencia de personas infectadas. Desde la OMS hasta expertos recomiendan tener una buena ventilación en este tipo de espacios.
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